Comencé
mi primer semestre en el bachillerato internacional dentro de la institución
Tecnológico de Monterrey y con ello un
nuevo proyecto el cual conciste en la práctica cuatro horas a la semana de una
disciplina de defensa personal llamada Krav-magá con el objetivo de desarrollar
la capacidad de asumir un nuevo desafío conciente de mis propias limitaciones
personales, así como tener la voluntad de relacionarme de una mejor manera con
otras personas.
Llevo tan solo tres clases
de práctica y se me ha hecho difícil la integración debido a que en mi grupo
hay 18 hombres y soy la única mujer y, a razón de que ésta disciplina implica
la práctica de golpes y debido a la cultura de mi país; México, me es difícil
integrarme y hacer equipo ya que nadie quiere estar conmigo por razones y
costumbres de género, lo cual en lo personal me molesta demasiado.
Así mismo me costó mucho
trabajo en la primera clase seguir el ritmo de mi grupo ya que ya tenía mucho
tiempo sin hacer ningúna actividad física y por tanto mi agotamiento fue
terrible, sin embargo me esforzé bastante por seguirle el paso a mis
compañeros.
Por otro lado no había caído
en la cuenta de la responsabilidad que implica comprometerse ante una actividad
ya que me es difícil asistir los fines de semana a ésta actividad cuando ya
estaba acostumbrada a una rutina rotundamente distinta, sin embargo estoy
haciendo un gran esfuerzo por adaptarme.
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